A finales de este año los ciudadanos de Nueva York y Washington tendrán acceso a una nueva herramienta telefónica, creada para velar su seguridad. A causa de tragedias como la que tuvo lugar el 11 de septiembre de 2001, las autoridades estadounidenses han decidido lanzar un sistema de alertas que enviará mensajes de emergencia a los teléfonos celulares de la población.
"Es posible compararlo con una pistola policial. Se usa con el fin de proteger, pero esperamos que no llegue la hora de apretar el gatillo," dice Ray Kelly del Departamento de Policía de Nueva York.
Los mensajes gubernamentales avisarán sobre posibles ataques terroristas, desastres naturales, secuestros u otras situaciones extraordinarias. Los usuarios podrán elegir qué tipo de mensajes quieren recibir con una excepción: los que tienen por remitente al presidente. Éstos serán obligatorios. Sin embargo, no todos encuentran necesaria esta innovación.
Mark Crispin Miller, profesor de la Universidad de Nueva York, opina que la vida de los estadounidenses hoy en día está limitada por tácticas del miedo que imperan en la sociedad junto al autoritarismo político.
“El uso del temor por cualquier gobierno que quiera obtener cualquier tipo de control sobre las vidas y los pensamientos de sus ciudadanos, hace a la gente flexible, hace a la gente obediente. Cuando vas a cualquier aeropuerto se puede ver esto. La gente se quita los zapatos, se deja tocar”, señala el profesor.
Amparándose en la seguridad, seis días después de abatir a Bin Laden, los empleados de un aeropuerto estadounidense bajaron a cuatro imanes de un avión por una sola razón: les parecieron sospechosos. Y eso pese al control que obliga a cada pasajero a ser cacheado, registrado y a pasar por un escáner antes del embarque.
"Hay instigadores de odio que despiertan este sentimiento en la gente. Ellos se aprovechan de las emociones de las personas. Se aprovechan de la ignorancia de las personas sobre el islam y los musulmanes. Y eso es lo que crea la atmósfera de temor que vemos", señala el imán Al Amin Abdul Latif, uno de los que perdieron el vuelo por razones de ´seguridad´.
Otro ejemplo de pánico poco justificado relaciona a la alianza del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense y a uno de los más grandes minoristas de alimentos: Wal Mart. La entidad exhortaba a los compradores a que informaran sobre cualquier amenaza que pudieran identificar en sus tiendas. Como resultado, se logró crear una atmósfera de temor entre los consumidores.
"Hay que crear un enemigo para el pueblo para sostener las infinitas guerras. Gastamos un 50% de nuestros impuestos en la guerra y la defensa nacional. Mientras, en realidad no hay una amenaza directa para el país. Por eso es necesario seguir justificando estos gastos", sostiene la periodista norteamericana Abby Martin.
Fuente: http://actualidad.rt.com
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